En su perfil de la red social Twitter, la entidad exaltó la influencia del autor en el resurgimiento de la narrativa iberoamericana a la cual legó sus escritos entre los que destacan la icónica novela «Rayuela» y las obras «Deshoras» y «Divertimento».
Fue maestro del cuento, la prosa poética y la narración breve en general, expresó la institución y compartió como uno de los recuerdos más conmovedores de Cortázar las palabras de su amiga Cristina Peri Rossi que reflejan la altura humana de ambos.
«(…)Ya no colecciono caleidoscopios (…) y tengo la sensación de que el mundo, tal como va, no te gustaría, que tendrías muchas cosas que decirle, con tu sonrisa irónica, con tus atribuciones a la tía Celia que, por suerte, no está para desmentirte(…)» , versa un fragmento del escrito.
Y es que el nombrado exponente del boom de la literatura hispanoamericana, destacó como uno de los más innovadores y originales literatos de su tiempo y de esta época que aún lo recuerda por la originalidad de sus letras.
Su pasión por la literatura llegó revisitando las historias de Julio Verne, Victor Hugo y Edgar Allan Poe y su estreno oficial en las editoriales del mundo se materializó con el lanzamiento del cuaderno Bestiario, en 1951.
Sin embargo, fue la aparición de su segundo libro de cuentos, Final del Juego, el que le hizo más popular en el circuito literario, le abrió las puertas de nuevas casas editoras y le dio la oportunidad de traducir sus obras al francés, inglés, alemán, portugués y hebreo.
El prestigio internacional que alcanzó por su auténtico estilo narrativo se consolidó con la publicación de Rayuela (1963), considerada la novela «más inteligente y sensible de Latinoamérica» y catapultada en la historia como una verdadera obra maestra.
En su narrativa y viajes por el orbe, vivió incomprensiones, amores y desamores que defendió con igual pasión con la cual apoyó varias causas políticas, hasta su muerte el 12 de febrero de 1984 en París, antes de cumplir 70 años.
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