Desde hace algunas semanas el ejecutivo está tratando de concienciar a los ciudadanos y a las empresas para que reduzcan el consumo de energía en al menos un 10 por ciento de aquí a 2024 y estos mensajes consiguieron que “en la actualidad, el consumo de gas haya disminuido entre un cuatro y un cinco por ciento entre los particulares, sin ni siquiera aplicar medidas”, explicó MacGregor.
Recordó que medidas como bajar la calefacción un grado reduciría el consumo energético un siete por ciento aproximadamente, y con respecto al abastecimiento de cara al invierno consideró que si bien no se espera que haya cortes de gas, habrá que estar atentos a la situación de los países europeos que soportan más presión debido a su mayor dependencia del gas ruso.
MacGregor indicó que las reservas estratégicas de gas de Francia están en un 93 por ciento “y deberíamos alcanzar el 100 por cien a principios del invierno”, y defendió la “sobriedad elegida” por el gobierno como forma de garantizar que el país esté preparado ante cualquier eventualidad.
En principio Francia no se quedará sin gas este invierno, dijo, salvo que “las necesidades de gas aumenten significativamente, ya sea por un invierno muy duro o por una reducción de la producción de electricidad por medios distintos al gas, en función de la disponibilidad de energía nuclear, por ejemplo”.
En el ámbito industrial también se observó un descenso de la demanda, pero ligado al cierre de instalaciones productivas, lo que “no es una buena noticia para el empleo, ni para la economía”, reconoció la responsable de la empresa energética.
Precisamente, y para evitar estas situaciones, el gobierno francés prorrogó hasta diciembre el fondo de apoyo creado para las empresas que consumen mucho gas y electricidad en sus actividades y tienen dificultades para pagar sus facturas, y que está dotado con tres mil millones de euros.
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