Autoridades de Rabat anularon su aprobación después de haberse comprometido a recibir al clérigo en un plazo de 60 días a partir del 1 de agosto.
El martes pasado, el Consejo de Estado francés aprobó la expulsión de Iquioussen, de ascendencia marroquí.
Dicha instancia gubernamental anuló una decisión emitida por el Tribunal Administrativo de París que suspendía la solicitud de deportación a Marruecos.
Por su parte, las organizaciones de derechos humanos consideraron ilegal la decisión de deportar al imam sin obtener una decisión judicial.
Según medios europeos, desde la noticia de la deportación, Iquioussen huyó del país, sin embargo, tras la decisión de Marruecos de no aceptarlo, Francia no podrá deportarlo aunque sea detenido.
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