Mao Ning, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores, afirmó que ese cerco brutal durante más de 60 años violó la ley internacional y las normas básicas de los nexos entre los distintos países del mundo.
Denunció que infringe los derechos de los cubanos, impide el progreso de la isla y va en contra los fundamentos del humanitarismo.
China –acotó- siempre se pronuncia por el respeto al derecho de cada país a escoger con independencia su sistema social y camino de desarrollo, se opone a las sanciones unilaterales impuestas por terceros y respalda al estado antillano en la defensa de la soberanía y la lucha contra el bloqueo.
Mao recordó que la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas por 29 años consecutivos condenó esa política coercitiva.
“Llamamos a Estados Unidos a escuchar el llamado de justicia de la comunidad internacional, apegarse a los propósitos y principios de la Carta de la ONU al manejar las relaciones con Cuba y levantar por completo el bloqueo”, agregó por portavoz.
Con las declaraciones de Mao China se suma a varias naciones, personalidades y organizaciones del mundo que repudian la extensión el pasado día 2 de la ley que prorroga por un año más el cerco contra Cuba.
El presidente Joe Biden rubricó la legislación y se convirtió así en el duodécimo mandatario de Estados Unidos en ratificar el marco que sostiene la política de abuso contra la isla y su pueblo.
Un memorando divulgado por la Casa Blanca y destinado a las oficinas del secretario de Estado, Antony Blinken, y a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, señaló que el dictamen “es de interés nacional” para los EE.UU. y agregó que la prórroga será válida hasta el 14 de septiembre de 2023.
En 1962, John F. Kennedy recurrió a la llamada Ley de comercio con el enemigo, de 1917, para implementar el bloqueo económico contra Cuba, tras varias decisiones ejecutivas que venían aplicándose desde 1959 por su antecesor, Dwight Eisenhower.
Esta norma, que suscita un amplio rechazo de la comunidad internacional, ha sido renovada desde entonces, anualmente, por las sucesivas administraciones estadounidenses.
La legislación autoriza al mandatario a imponer y mantener restricciones económicas a Estados considerados hostiles.
Esta política se recrudeció con más de 240 medidas en el contexto de la pandemia de la Covid-19, con el propósito de doblegar la resistencia de Cuba.
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