Las ofrendas fueron colocadas en nombre del General de Ejército Raúl Castro y del Primer Secretario del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, así como del pueblo de Cuba y de Esteban Lazo, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Como ya es tradición, cientos de habitantes de Cruce de los Baños, poblado cabecera de esa demarcación que es obra total del proceso transformador iniciado tras el triunfo insurreccional del primero de enero de 1959, acudieron en peregrinación hasta el conjunto monumental en la Loma de la Esperanza.
La evocación de Almeida tiene un punto focal aquí en los Estudios Siboney, de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, fundados bajo su inspiración hace más de 40 años y en el cual encontraron cauce las potencialidades musicales del Oriente cubano.
Músico él mismo, con más de 300 composiciones, su huella tiene en la ciudad un exponente singular en la escultura emplazada en la fachada del Teatro Heredia que lo recuerda como uno de los tres Comandantes de la Revolución, junto a Ramiro Valdés y Guillermo García.
El humilde albañil entró definitivamente en la memoria nacional como asaltante al Cuartel Moncada, junto a Fidel Castro y jóvenes revolucionarios el 26 de julio de 1953, y expedicionario del yate Granma que arribó a costas cubanas el 2 de diciembre de 1956.
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