Renovador del lenguaje cinematográfico y de los límites estéticos y narrativos del séptimo arte, Godard rodó un centenar de largometrajes en sus casi 60 años de carrera artística, iniciada con el impactante “Al final de la escapada” (1960), protagonizado por Jean Paul Belmondo y Jean Seberg.
“Fue como una aparición en el cine francés. Luego se convirtió en un maestro. Jean-Luc Godard, el más iconoclasta de los cineastas de la Nouvelle Vague (Nueva Ola), había inventado un arte decididamente moderno, intensamente libre. Hemos perdido un tesoro nacional, una mirada de genialidad”, declaró el presidente francés Emmanuel Macron tras conocer la noticia de la muerte.
En la década de 1960, multiplicó películas y proyectos, convirtiéndose en un director de referencia y una figura en el mundo artístico e intelectual, más tarde trabajó para la televisión y volvió al cine en los años 80, recuperando su lugar como cineasta de referencia.
Godard rompió con los códigos de su época al experimentar nuevas formas de grabación, cámara en mano, utilizando escenarios e iluminación naturales, abandonando el maquillaje de los actores, y realizando un montaje deconstruido, lleno de cortes de ritmo, con fotogramas congelados, voz en off y cambios entre imagen y sonido.
A lo largo de su carrera recibió numerosos premios por sus obras en los más importantes festivales de cine a nivel internacional, dos de sus últimos galardones fueron en el Festival de Cannes de 2014 por “Adieu au langue” y en 2018 con “Le livre d’image”, una película experimental sobre el mundo árabe que ganó una Palma de Oro Especial.
Godard nunca dejó de dirigir, subversivo y luchador, no tuvo miedo a atacar las guerras coloniales, tanto la de Francia en Argelia como la de Estados Unidos en Vietnam, así como la sociedad de consumo, y la corrupción política y financiera.
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