“Las medidas coercitivas unilaterales son ilegales e ilegítimas, y desde todo punto de vista contrarias al Derecho Internacional y a la Carta de las Naciones Unidas”, afirmó al intervenir en esta ciudad suiza, en la continuación de los debates de la sesión 51 del Consejo.
En un diálogo interactivo con la relatora especial sobre Medidas Coercitivas Unilaterales, Alena Douhan, el diplomático cubano denunció que esas acciones atentan de manera directa contra la soberanía de los Estados, perjudican en particular a los países en desarrollo y obstaculizan de manera muy grave sus esfuerzos para el desarrollo económico y social.
Asimismo, afectan la promoción del disfrute de los derechos humanos de sus pueblos, y no deben ser consideradas como “sanciones”, sino como lo que son, criminales actos unilaterales de bloqueo y guerra económica indiscriminada, empleados por los poderosos para intentar alcanzar objetivos geopolíticos, subrayó.
Quintanilla recordó en el foro que Cuba es uno de los países blanco de esas acciones, que aunque no logran doblegar a los pueblos, provocan mucho daño y sufrimiento, constituyendo severas violaciones de los derechos humanos.
Reiteramos la denuncia y el rechazo al bloqueo de Estados Unidos, que afecta a todos los sectores de la vida de mi país, cada día, desde hace más de 60 años, subrayó.
El embajador de la isla ante ONU-Ginebra, repudió los daños económicos acumulados por un cerco que año tras año la comunidad internacional pide su fin en la Asamblea General de las Naciones Unidas, y calificó de incalculable el impacto humano de esa política hostil.
Washington recrudeció su bloqueo en plena pandemia de la Covid-19 con al menos 50 medidas, de las 243 adoptadas por la administración de Donald Trump (2017-2021) para aumentar la asfixia sobre la nación antillana, casi todas mantenidas por su sucesor en la Casa Blanca, Joseph Biden,
“El bloqueo es el sistema de medidas coercitivas unilaterales más severo y prolongado que se haya aplicado contra país alguno en la historia. Su fin último es imponer en Cuba un sistema político ajeno, al que nunca regresaremos, y afianzar así la agenda de dominación imperial en América Latina y el Caribe, sintetizada en la llamada Doctrina Monroe”, aseveró Quintanilla.
Sin embargo, ratificó ante el Consejo de Derechos Humanos que la isla no se doblegará frente a agresiones y amenazas.
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