El caso salió a la luz tras un escándalo de colaboración entre los servicios de inteligencia nacionales y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos; los detalles de la investigación son confidenciales.
En ningún momento divulgué secretos de Estado. Rechazo las acusaciones, declaró el inculpado a la agencia de noticias Ritzau, pero según la Fiscalía, Findsen entregó secretos de Estado e información confidencial a seis personas, incluidos dos periodistas.
En mayo del pasado año una investigación realizada por varios medios de comunicación reveló que la NSA utilizó la red de cables submarino danesa para espiar a personalidades públicas de cuatro países (Alemania, Suecia, Noruega y Francia), entre estas la entonces canciller federal Angela Merkel.
Las revelaciones provocaron un escándalo internacional y llevaron a los países afectados a exigir explicaciones a Washington y Copenhague.
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