La decisión se produce después de que ministerios como el de Sanidad y el de Trabajo solicitaran a la Agencia que evaluara la relación causal entre varios cánceres y la exposición al amianto, y que en el caso de los de laringe y ovario ya había sido reconocida por diversos organismos, como la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, ligada a la ONU.
Según la Anses, estos dos tipos de cáncer están «infradeclarados y poco reconocidos», cuando se relacionan con la presencia del amianto en el ámbito laboral, y aunque “se asocia comúnmente a los cánceres de pulmón y de pleura, ni los médicos ni los pacientes lo relacionan con otros tipos de cáncer”, afirmó en su comunicado de prensa.
La agencia recomienda la creación de tablas de enfermedades profesionales para estos dos tipos de cáncer, como ya ocurre con los del tracto broncopulmonar, lo que permitiría una «presunción de origen» para los cánceres en cuestión, y facilitaría los trámites a los pacientes a la hora de pedir una indemnización.
“En la actualidad, ya es posible que estos cánceres sean reconocidos como enfermedad profesional, pero para ello es necesario que la víctima demuestre la relación entre el cáncer y su trabajo”, explicó Alexandra Papadopoulos, funcionaria de la Anses.
Como las víctimas del amianto son principalmente empleados del sector de la construcción el número de casos en mujeres es bastante bajo, además “los estudios epidemiológicos se realizan principalmente en hombres, pero esto no significa que las mujeres no tengan riesgos para la salud relacionados con el amianto”, subrayó la nota.
Además de la construcción, la Agencia citó otros ámbitos profesionales como la eliminación de residuos, el transporte, el sector agrícola y también actividades que se desarrollan en un entorno contaminado por el amianto, como la administración, la enseñanza y la sanidad.
El amianto, utilizado durante varias décadas en el siglo XX en la construcción de edificios, está prohibido en muchos países, incluida Francia, por sus peligrosos efectos sobre la salud aún siguen siendo difíciles de establecer para el reconocimiento de las enfermedades profesionales y la responsabilidad de los empresarios.
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