El supuesto incidente se enmarca en octubre de 2012 durante una redada en el distrito de Qarabagh, en el norte de la provincia de Helmand, realizada por miembros del Segundo Regimiento de Comando de Australia, la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos y las fuerzas afganas aliadas a las tropas de ocupación, reveló el medio de prensa.
Según el rotativo, tras regresar a Australia, el ex integrante de las Fuerzas Especiales confesó a un anciano que había matado a detenidos desarmados durante la operación en Afganistán.
El medio de prensa indicó también que durante ocho meses envió a un reportero afgano a Qarabagh para entrevistar a testigos locales y a los familiares de los fallecidos.
En ese periodo, habitantes del lugar comentaron a ABC News que civiles recibieron disparos después de ser detenidos, lo que coincide en gran medida con la información brindada por fuentes del Ministerio de Defensa australiano, según el medio noticioso.
Fuentes de la cartera de defensa corroboraron que siete afganos murieron en la redada y de ellos al menos cuatro podrían haber sido asesinados ilegalmente.
Los soldados que participaron en la redada calificaron a los fallecidos de «enemigos muertos en acción», señaló el rotativo.
De acuerdo con denuncias sobre crímenes de guerra en Afganistán, las Fuerzas Especiales australianas mataron ilegalmente a 39 personas, la gran mayoría personas que estaban protegidas por el derecho internacional, destacó ABC news.
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