Macron visitará por la mañana en barco el emplazamiento de los 80 aerogeneradores, desplegados a una distancia de entre 12 y 20 km frente a la costa, y la factoría de Saint-Nazaire, donde se ensamblan los aerogeneradores antes de ser instalados en el mar.
El parque, gestionado por la empresa estatal EDF, estará plenamente operativo a finales de año y tendrá una potencia de 480 megavatios (MW) capaz de abastecer a una población de 700 mil personas.
El objetivo es reforzar la «soberanía energética» de Francia y reducir el enorme retraso del país en materia de energías renovables en comparación con sus vecinos, para lo cual se prevé un proyecto de ley para «acelerar las energías renovables», que se presentará el próximo lunes al Consejo de Ministros.
El texto pretende acortar los plazos para la realización de los proyectos, simplificando para ello los procedimientos administrativos y limitando la duración del examen de los recursos presentados por los defensores del medio ambiente, pescadores o vecinos, lo que despertó las críticas de organizaciones conservacionistas.
El 10 de febrero, en la localidad de Belfort, Macron apostó por la energía eólica marina y desveló su objetivo de crear 50 parques de aquí a 2050, para una capacidad de 40 gigavatios, y frenar la eólica terrestre, con una duplicación de la capacidad actual no en 10 sino en 30 años.
Hasta el momento el gobierno adjudicó la construcción de siete parques marinos, algunos de los cuales cuentan con una fuerte oposición por parte de pescadores locales.
En 2021, las energías renovables aportaron en Francia el 24 por ciento de la producción de electricidad (hidroeléctrica, eólica, solar, bioenergía), mientras que la nuclear subió hasta el 69 por ciento y los combustibles fósiles quedaron en el 7 por ciento.
acm