La reunión se celebró al margen la 77 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Ambos titulares expresaron su confianza en la solidez y la disponibilidad de amplias perspectivas para el desarrollo de las relaciones ruso-chinas.
Lavrov y Wang discutieron temas relevantes de la agenda bilateral, global y regional, y criticaron duramente el rumbo destructivo de la política exterior de Washington, en particular, su actividad provocadora en el estrecho de Taiwán.
También abordaron asuntos como la situación en torno a Ucrania, a Afganistán y a la península de Corea, así como el cumplimiento del régimen de no proliferación nuclear.
Además, discutieron en detalle los aspectos clave de las actividades de la ONU, sobre todo en la profundización de la cooperación entre ambos países en su seno.
Insistieron en la necesidad de que el país anfitrión cumpla incondicionalmente todos los compromisos para garantizar el trabajo de la Asamblea General de la ONU y el acceso sin trabas a la sede en Nueva York de los delegados extranjeros.
Las partes constataron con satisfacción la eficacia de la interacción entre Moscú y Beijing en diversas plataformas de la ONU y acordaron mejorar la cooperación práctica y la coordinación de la política exterior en línea con los acuerdos alcanzados por los dos jefes de Estado.
La conversación entre los ministros demostró un alto grado de convergencia en los enfoques de Rusia y China sobre asuntos internacionales y el papel constructivo que pueden desempeñar en la configuración de un orden mundial multipolar más justo y sostenible.
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