Séptimo fonograma del artista con el sello Egrem, el proceso de grabación se desarrolló en los Estudios Siboney de la institución, ubicados en la oriental provincia de Santiago de Cuba con la colaboración del ingeniero de sonido Máximo Espinoza.
Desde la red social Facebook la entidad comparte algunas melodías de la placa, la cual salda una deuda del creador con la urbe santiaguera, cuna del son, diversos géneros ancestrales y de agrupaciones icónicas.
En ese sentido, Mendoza comentó recientemente -en exclusiva a Prensa Latina-, que el disco cuenta con invitados de lujo como el Septeto Santiaguero, el grupo Turquino, Changüí de Guantánamo, Los Guanches, Sones de Oriente, entre otros.
Integran la selección de temas, una serie de canciones escritas y compuestas por mí, al estilo de Ñico Saquito o Miguel Matamoros, adelantó el cantante, al tiempo que sentenció: “la cultura no puede parar hay que seguir creando y soñando”.
De esta manera, el creador de títulos memorables como Chiquitica o Cuéntale, persiste en los empeños por dignificar las sonoridades autóctonas de la mayor de las Antillas (son, changüí, quiribá, nengón), tras impulsar el surgimiento del Festival Chocolate con Café, cuya sede es la oriental provincia de Guantánamo.
Enfocado en desarrollar una carrera internacional, Mendoza apuntó que desde hace seis meses protagoniza una serie de presentaciones en México como parte de un proyecto en “León, Guanajuato del cual soy el director artístico y que buscamos convertir en una pasarela para la música cubana”.
Si bien su versatilidad lo ha llevado a interpretar todos los géneros incluidos en la paleta sonora cubana, el timbre distintivo de Mendoza siempre lo conduce a la música romántica y con las baladas Quien, Alguien para mí, Orgullosa, Muero por tu amor, Aliento, entre varias, ha cautivado a cientos de seguidores.
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