“Sí, nosotros haremos la reforma del retiro. Nuestro sistema actual es deficitario y prefiero decirles la verdad a los franceses, aun cuando pueda ser a veces difícil de comprender”, esgrimió el funcionario en declaraciones al semanario Le Journal du Dimanche.
Attal no precisó el método del gobierno para lograr el cambio, solo que las organizaciones sociales y el Parlamento estarán en el centro de los debates.
La reforma de la jubilación era una de las prioridades del presidente Emmanuel Macron en su primer mandato (2017-2022), pero la pandemia de la Covid-19 y las protestas lideradas por sindicatos lo llevaron a posponerla.
Sin embargo, tras su reelección en abril para otro lustro en el Palacio del Elíseo, el jefe del Estado chocó con una inesperada derrota en los comicios legislativos de junio, que lo hicieron perder la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, necesaria para adoptar leyes sin grandes obstáculos.
Uno de los temas más polémicos de la propuesta oficialista es la extensión de 62 a 65 años de la edad de retiro, iniciativa que encuentra un rechazo amplio entre los gremios y la población.
El movimiento intersindical convocó para el jueves de la semana entrante a una jornada de movilización nacional, que incluirá el repudio a la reforma, además de a la pérdida de poder adquisitivo ante una elevada inflación.
Para el gobierno francés, según los entendidos, las principales vías para lograr la reforma de la jubilación son: agregarla como una enmienda al presupuesto de la Seguridad Social o impulsar una nueva ley.
De acuerdo con el ministro Attal, corresponderá al presidente Macron y a la primera ministra Elisabeth Borne escoger el camino a seguir.
lam/wmr
