Para la estudiante de duodécimo grado del preuniversitario José Luis Dubrocq de Matanzas Amanda Marrero su voto evidencia el sentir de respaldo hacia un Código que reconoce a todas las familias sin importar su conformación ni prejuicios arrastrados por años.
El amor es lo más importante dentro de las relaciones humanas y ese amor se refleja en cada uno de los artículos del referendo en busca de proteger a niños, adultos mayores y discapacitados, quienes forman parte importante dentro de los hogares, acotó.
Marrero manifestó que su sí hoy constituye el sentir de la gran mayoría de los jóvenes de su generación pues saben que un mejor futuro para la sociedad de Cuba depende en gran medida del tratamiento que se brinde a las familias, célula indispensable para la conformación de los seres humanos.
Entretanto, la alumna de quinto año de ingeniería industrial en la Universidad de Matanzas Yura Santa Cruz opinó que reconocer derechos a abuelos, tíos y otras personas con lazos sanguíneos y afectivos hacia niños posibilita que estos no se sientan desprotegidos ante descuidos de los progenitores y tengan derecho a disfrutar también de una familia.
Santa Cruz agregó que respeto, inclusividad, aceptación y amor devienen palabras que el referendo plasma, votar a favor es una muestra de compromiso con el país y de reconocer la necesidad de proteger a cada miembro de la sociedad.
Con más de mil 500 colegios electorales, 546 mil personas convocadas, de ellas más de 23 mil jóvenes que ejercen su voto por vez primera, la provincia de Matanzas desarrolla este 25 de septiembre al igual que toda Cuba la votación popular por el referendo del Código de las Familias.
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