Hacerla rápido, no significa hacerla con precipitación, podemos dedicar algunos meses a realizar consultas, eso no representaría un problema, afirmó el funcionario en medio de la expectativa por ver qué método empleará el Gobierno para impulsar su reforma.
En declaraciones a la cadena France Inter, insistió en que cambiar el actual sistema de retiro y de pensiones resulta indispensable para el país, mientras fuerzas políticas y sindicatos consideran que la visión del ejecutivo traería problemas para el bolsillo de los más vulnerables.
El presidente Emmanuel Macron estableció la reforma de jubilación, que incluye extender la edad de retiro de 62 a 65 años, como una prioridad de su segundo mandato, después de que la pandemia de la Covid-19 y la presión popular impidieran su materialización en el período 2017-2022.
Según Le Maire, el jefe de Estado fue claro durante su campaña sobre el tema de la reforma, por lo que consideró que se trata de “un mandato del pueblo francés”.
Asimismo, señaló que el Gobierno no quiere imponerla por la fuerza, pero le corresponde decidir el camino.
De acuerdo con expertos, políticos y medios de prensa, son tres las vías posibles para materializar la iniciativa: como una enmienda al presupuesto de la Seguridad Social, mediante el impulso de una nueva ley o con el polémico artículo 49.3 de la Constitución de 1958, el cual permite aprobar una norma sin necesidad del respaldo de la Asamblea Nacional.
La decisión se conocerá en los próximos días, y el uso del 49,3 no sería la opción primaria, pero la primera ministra Elisabeth Borne no la descartó, consciente de que el oficialismo perdió la mayoría absoluta en la Asamblea en las elecciones legislativas de junio.
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