El objetivo del diálogo es contar con un proyecto de ley para antes del invierno, a partir de las decisiones de una reunión convocada anoche en el Palacio del Elíseo por el presidente Emmanuel Macron, quien estableció la reforma como una prioridad de su segundo mandato, tras no poder materializarla en su primer lustro de gestión.
La consulta con organizaciones sindicales y patronales y con grupos parlamentarios repercute en la prensa, después del anuncio de Borne esta mañana a la agencia AFP.
El llamado a la concertación desde el oficialismo pone fin a semanas de dudas acerca del método a emplear por el ejecutivo para avanzar en la reforma, y se produce en una jornada nacional de protestas contra la pérdida de poder adquisitivo y el cambio en el sistema de retiro.
Según el diario especializado en temas económicos Les Echos, en la reunión de la víspera con ministros, Macron reiteró la voluntad de elevar a 65 años la edad de jubilación para el 2031.
La cuestión de la edad de retiro es la más polémica de la reforma, con fuerzas políticas de izquierda y sindicatos que demandan que se baje a 60 años, un reclamo incluido en las protestas de hoy.
Un tenso escenario se prevé para las próximas semanas, a partir de la determinación del Gobierno de impulsar un nuevo sistema de retiro, con el desafío de que en las elecciones legislativas de junio perdió la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.
Sobre la mesa está la opción, de momento lejana, de apelar al artículo 49.3 de la Constitución de 1958, el cual permite aprobar una norma sin necesidad del respaldo de la Asamblea, aunque sectores de la oposición adelantaron que si Macron acude al mismo, impulsarán una moción de censura contra el Gobierno.
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