Según los sindicatos convocantes las marchas y concentraciones se desarrollarían en más de 200 ciudades de todo el país, en una primera jornada de movilización interprofesional que también fue seguida por huelgas en el sector de la educación, el transporte ferroviario, el sector de la energía, y el transporte público en París.
La huelga fue particularmente notable entre los trabajadores de las plantas nucleares donde se observó una caída en la producción de energía durante la mañana, con cerca de cinco reactores afectados por el paro.
En la capital también cerraron la célebre Torre Eiffel y el Palacio de Versalles, pues sus trabajadores decidieron adherirse a la convocatoria de protesta, sumándose a la consigna de exigir un aumento de los salarios y las pensiones, para hacer frente a una inflación sin precedentes.
Por la mañana varios miles de personas se manifestaron en Marsella, segunda ciudad del país, donde participaron el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, y un numeroso grupo de estibadores bajo una pancarta que reclamaba “la jubilación es a los 60 años”, frente a la idea del gobierno de alargarla hasta los 65.
En otras ciudades las marchas también comenzaron a primeras horas, mientras que en París el inicio tuvo lugar a las 14:00 horas, en la plaza Denfert-Rochereau y en dirección a la Bastilla, con la presencia de los principales representantes sindicales, así como cargos electos de los partidos de izquierda que dieron apoyo a la convocatoria.
Todas las organizaciones sindicales nacionales tienen previsto mantener un encuentro el próximo 3 de octubre, para valorar la posibilidad de realizar acciones comunes frente a la reforma de pensiones proyectada por el ejecutivo, y al término del cual “podría haber un anuncio de manifestación”, señalaron fuentes sindicales.
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