Ante tal eventualidad, los jóvenes asumieron la iniciativa del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, cuando destacó la confianza de la Revolución en ellos y su protagonismo en la obra socialista.
En estos días intensos, de mucho apoyo hacia la región occidental del país donde ocurrieron los daños de Ian, la juventud inspirada en las ideas del líder histórico de la Revolución cubana Fidel Castro crea iniciativas y llega a recónditos lugares para trasladar aliento y ofrecer manos que eliminen de la memoria los sucesos de la madrugada del pasado 27 de septiembre.
Universitarios de Artemisa y de la Facultad de Ciencias Médicas de ese territorio dedicaron jornadas estibando los productos de la canasta básica para la población.
Estudiantes de la Universidad de La Habana trabajaron en las comunidades y recogieron donativos que enviarán a las familias afectadas por Ian en la provincia más occidental de la isla caribeña.
Miembros de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media de la capital cubana realizaron labores de limpiza de calles e higienización en los barrios; mientras que profesores y alumnos de la Universidad Agraria de La Habana unieron fuerzas para ayudar a los más afectados en el municipio de Batabanó, en Mayabeque.
Son solo algunos ejemplos altruistas de una generación que aprendió a ofrecer lo que tiene y no lo que le sobra, a estar justo cuando el país lo necesita y a convertir los libros en el trabajo que ennoblece.
Faltan muchos días, semanas, para que Pinar del Río sea la ciudad que era antes de Ian. Ojalá todo el apoyo solidario la conviertan en una urbe más hermosa, a la altura de sus 155 años caracterizados por la humildad de su gente, el orgullo de tener el mejor tabaco del mundo y el olor a rocío que es único entre sus campos verdes.
Es hora de hacer y de sumar, porque solo la unidad permitirá salir adelante, afirmó la primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, Aylín Álvarez.
«Las manos y el aliento de los jóvenes no faltará, como no falta la confianza en la Revolución que nunca nos abandona», sentenció.
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