Tras la valoración de más de 40 obras, el lauro Julián del Casal fue a manos del poeta Carlos Alfonso por la obra Hijo de quemado, la cual mostró equilibrio y la capacidad de convencer por su discurso coherente llevado, desde principio a fin, hasta sus últimas consecuencias.
En el apartado de ensayo histórico social, el galardón Juan Pérez de la Riva recayó en el investigador Abel González con el texto En el ojo del águila, un acercamiento a las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, que exhibe una extraordinaria trascendencia y actualidad.
Asimismo, el escritor Eldys Baratute conquistó el premio Ismaelillo, dedicado a la literatura para niños y jóvenes con el libro Dartakán y los tres mosqueteros o Los abuelos se revelan, que aborda una temática necesaria desde la originalidad y el sentido humanista.
En declaraciones a Prensa Latina, Baratute confirmó su satisfacción por alzarse con el lauro, uno de los más codiciados en el gremio por su larga data y prestigio, al tiempo que agradeció la futura publicación de su novela bajo el sello Ediciones Unión.
La beca de creación Cintio Vitier privilegió al proyecto Eros y emancipación dada la pertinencia de su objeto de estudio y la claridad del diseño metodológico presentado por Zaida Capote.
Por último, el apartado de novela resultó desierto de acuerdo con el jurado, que instó a mejorar la calidad y madurez de las obras para su presentación en uno de los certámenes que se prestigia con el nombre del insigne literato Cirilo Villaverde.
Al acto asistieron el presidente de honor de la Uneac, Miguel Barnet; el presidente de la organización, Luis Morlote, acompañados por intelectuales, creadores y familiares de Jesús Orta Ruiz, Indio Naborí, a quien se le rindió especial homenaje durante la jornada a propósito de su centenario.
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