No tengo muchas ilusiones, pero sí, convocaré a unas nuevas elecciones el 28 de octubre si el Ejecutivo no está formado, recalcó el secretario de Estado para Irlanda del Norte, Chris Heaton-Harris, tras reunirse este viernes aquí con el canciller irlandés, Simon Coveney.
Como parte de los llamados Acuerdos del Viernes Santo que en 1998 pusieron fin al sangriento conflicto armado en esa región, unionistas y republicanos deben compartir el poder.
Sin embargo, el partido republicano Sinn Fein, que en mayo pasado ganó por primera vez los comicios regionales, no ha podido ocupar la jefatura del gobierno, ni el parlamento local sesionar, porque los unionistas se niegan a nombrar a sus ministros y a ocupar sus curules.
El bloqueo político orquestado por las fuerzas leales a la Corona tiene como objetivo presionar a Londres para que revoque el protocolo posbrexit que estipula someter a controles aduaneros y sanitarios a los productos que llegan a Irlanda del Norte procedente de Gran Bretaña.
Coveney, quien encabezó la delegación de su país a la reunión intergubernamental, consideró innecesaria la celebración de nuevos comicios, y alertó que la disputa sobre el protocolo norirlandés podría convertirse en un elemento divisionista.
Por supuesto, una elección significa que asuntos como este se convertirán en temas totémicos otra vez, remarcó.
Tras la reunión en Londres, el Reino Unido e Irlanda reafirmaron en un comunicado conjunto que harán todo lo posible para facilitar el restablecimiento del gobierno compartido en Irlanda del Norte para el 28 de octubre, y poner en funcionamiento a todas las instituciones políticas, como establecen los acuerdos de paz.
Pese al lenguaje conciliatorio del texto firmado por los representantes de Londres y Dublín, la Unión Europea se opone a modificar el protocolo norirlandés, al que el gobierno central británico considera como el obstáculo principal para el fin del bloqueo político en Irlanda del Norte.
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