El reporte con cierre a las 15:00, hora local, refleja un panorama particularmente complejo en las regiones de Alta Francia e Isla de Francia, que incluye a esta capital, con el 54 y un 45 por ciento de sitios de venta de combustibles en dificultades, respectivamente, a partir de una huelga por reclamos salariales.
La situación más difícil se registra en los norteños departamentos de Paso de Calais y Norte, donde seis de cada de 10 estaciones presentan problemas de suministro, que provocan largas filas de automóviles y la aplicación de restricciones, entre ellas la prohibición de llenar bidones.
Más temprano, la Confederación General del Trabajo (CGT) anunció la extensión de la huelga en reclamo de mayor salario y prestaciones en refinerías de los grupos TotalEnergies y ExxonMobil.
De acuerdo con el sindicato, uno de los más importantes de Francia, la protesta que tiene en vilo al país desde hace 10 días se amplía en rechazo a la falta de respuesta de la Dirección General del gigante petrolero francés TotalEnergies ante las demandas de los trabajadores.
La CGT envió una carta abierta ayer al presidente-director general de la compañía, Patrick Pouyanné, a quien propuso limitar sus reivindicaciones a la cuestión del incremento salarial, en aras de buscar una solución a la crisis.
Ante la compleja situación, la ministra para la Transición Energética, Agnès Pannier Runacher, llamó a los dirigentes sindicales y de las empresas concernidas a encontrar sin demora una solución.
Los franceses no deberían pagar las consecuencias de un movimiento social, este conflicto debe cesar, subrayó.
Por su parte, la primera ministra, Elisabeth Borne, quien viajó a Argelia, prometió que el suministro de gasolina y diésel mejorará durante la semana entrante.
El Gobierno liberó reservas estratégicas de combustibles para surtir a las estaciones, entregas que avanzan progresivamente, explicó.
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