Con el seudónimo de Angalía, Monteagudo formó parte del grupo de guerrilleros cubanos, la mayoría de tez negra, que al mando del comandante Guevara fueron hasta Zaire (actual República Democrática del Congo) a preparar una guerrilla de liberación nacional a solicitud de los dirigentes africanos.
“En este aniversario 55 del asesinato del comandante Guevara en la Higuera, Bolivia, en 1967, lo primero que me viene a la mente es que el Che nos hace mucha falta, porque a él era muy difícil engañarlo. Y, además, él tenía una filosofía: confía, pero controla”, narró.
Acentuó Monteagudo que los recuerdo de Tatu (seudónimo del Che en la guerrilla del Congo) son imperecederos:
“La exigencia que él tenía a todos nos gustó, pues empezaba por exigirse el mismo”, y luego agrega:
“Dentro de su exigencia tenía la costumbre de amonestarte cuando cometías una indisciplina, pero al minuto de haberte regañado, te tiraba la mano por el hombro y tú sentías el calor humano con que te persuadía”, destacó.
Reveló que al Che Guevara le gustaba, cuando lo había, fumarse un tabaco en las horas de asueto.
“Era fumador igual que yo. Él sabía que yo fumaba tabaco, entonces encendía uno delante de mí y me miraba con picardía, y al ratico me decía: “Toma Angalía”, luego se echaba a reír.
Descubre que el Che repartía los tabacos, pero lo apuntaba en una libretica.
“Tenía la costumbre de que él te daba un tabaco y anotaba la hora y el día. Si le volvías a pedir sacaba el papelito y te decía: “Mira tal día y tal hora te di uno. Cuando virabas la espalda apenado te llamaba y te daba otro”, evocó el excombatiente.
El octogenario Luis Monteagudo, desde su vivienda en esta ciudad al centro de Cuba, expresó que el Che Guevara promulgó que estaba dispuesto a dar la vida por la libertad de cualquier pueblo del mundo y lo cumplió.
“Nosotros debemos seguir el camino que él nos trazó: Luchar contra el imperialismo donde quiera que este”, afirmó.
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