Para el día 19 se anunció la celebración de la 48 sesión de la Asamblea Nacional con el objetivo de comenzar las conversaciones sobre la formación de un gobierno de coalición, según la prensa oficial.
El parlamento unicameral comenzará sus sesiones con el establecimiento de la presidencia y los órganos administrativos, y se llevarán a cabo negociaciones entre varios partidos políticos, aunque ninguno de ellos podría alcanzar la mayoría absoluta.
De acuerdo con la Constitución, el presidente búlgaro, Rumen Radev, dará primero la tarea de formar Gobierno al partido con mayor representación en la Asamblea, luego de negociaciones con las fuerzas parlamentarias.
A principios de este mes la comisión electoral central confirmó el triunfo del ex primer ministro y su fuerza política conservadora Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria en unos comicios adelantados, tras dos años de estancamiento político.
Con el 25,4 por ciento de las boletas favorables, Borisov superó al reformista proeuropeo Kiril Petkov y su partido Continuemos el Cambio (PP) que alcanzó el 20,2 por ciento de apoyo.
El sufragio fue el cuarto en menos de 18 meses, pero analistas consideran que el resultado no ayudará a desbloquear el estancamiento político en el país considerado como el más pobre de la Unión Europea (UE).
Tras la victoria, Borisov habló, durante su primera rueda de prensa, de»calmar la situación» y estar dispuesto a cualquier concesión y compromiso».
El aspirante a primer ministro ocupó el puesto entre 2009 y 2013, posteriormente desde 2014 hasta 2017, y más tarde entre 2017 y 2021 cuando fuertes protestas populares lo obligaron a dimitir.
Las estadísticas oficiales reflejan que cerca de la cuarta parte de la población búlgara está hoy por debajo de los límites nacionales de pobreza mientras la inversión extranjera directa cayó a niveles sin precedentes.
Amenazas judiciales a sectores de oposición, ataques contra periodistas y leyes que, según la Unión Europea coartan las libertades civiles, son foco de atención para el mecanismo comunitario.
Según los estados de opinión recogidos por los medios nacionales, la sociedad espera mayor responsabilidad de los políticos tras el ineficiente trabajo de los últimos tres parlamentos con estructura similar.
Una tasa de participación electoral del 37 por ciento, de acuerdo con datos oficiales de la comisión electoral, refleja sentimientos negativos hacia la élite dirigente, apuntan analistas.
Por otra parte, de ser Borisov y su fuerza política los elegidos, no contarán con el beneplácito de Radev, quien milita en el Partido Socialista, pero llegó a la presidencia como independiente en 2016 lo que provocó la primera renuncia del ahora aspirante a jefe de Gobierno.
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