El colega Serafín García consideró a Balmaseda parte de su familia y exaltó sus enormes cualidades profesionales; al tiempo que se refirió a su trabajo de dirección al frente de clásicos del teatro como La Panadería, escrita por el dramaturgo alemán Bertolt Brecht.
Por su parte, Argelio Sosa exaltó su vocación de maestro, actor y director y mencionó algunos episodios que compartieron juntos durante puestas teatrales, giras nacionales e internacionales a donde iba siempre con igual entusiasmo el amigo y el artista.
Mario es un ícono de la actuación en Cuba y el mundo porque también dejó su impronta cuando estudió en la entonces República Democrática Alemana de donde trajo muchos conocimientos que nunca se negó a compartir con nosotros, significó el creador.
Asimismo, Sosa comentó acerca de la experiencia que tuvo interpretando a uno de los personajes en la obra La Panadería, el cual fue escenificado antes por Balmaseda y devino un reto superior por el compromiso de igualar al menos aquella emblemática actuación.
Para mí fue un honor realizar esa pieza con un rol que antes había hecho Mario, pero también constituyó un desafío porque sustituirle no era tarea fácil. Era un SEÑOR ACTOR (escríbelo en mayúsculas) que nunca podremos reemplazar y debemos recordar y honrar por siempre, concluyó.
Además de la familia, en las honras fúnebres del tres veces Premio Nacional: Teatro (2006), Televisión (2009) y Cine (2021), estuvieron presentes amigos, compañeros de trabajo, dirigentes y admiradores, quienes hicieron guardia de honor junto a sus cenizas antes de su partida definitiva a la eternidad.
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