Citada en medios locales, la fuente oficial mencionó una veintena de granjas contaminadas por la enfermedad viral, que obligaron a sacrificar a las aves para evitar la propagación.
El escenario más complejo se sitúa en el noroccidente del país, en regiones como Normandía, Bretaña y Países del Loira, donde afecta a pavos, gallinas ponedoras, patos reproductores y aves acuáticas (palmípedas).
De acuerdo con la cadena Franceinfo, el virus, que suele desaparecer en verano por el aumento de las temperaturas, siguió circulando en la fauna salvaje este año, tras una pésima temporada 2021-2022.
En marzo, el propio Ministerio de la Agricultura había registrado el sacrificio de tres millones de aves en el brote desatado en noviembre del año pasado.
Si bien la influenza aviar detectada suele dominar en las granjas, también ha impactado este año a la fauna salvaje y los criaderos particulares, una situación que afecta a varios países de Europa, en particular en zonas de los mares del Norte y del Báltico.
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