Una evaluación realizada del 19 al 24 de septiembre por agencias de Naciones Unidas y otros grupos humanitarios en campamentos para personas desplazadas internamente en el distrito de Baidoa arrojó un rápido deterioro de la situación.
De más de 98 mil niños examinados entre las edades de 4 y 6 años, el 59 por ciento padecía desnutrición aguda, incluido un 24 por ciento cuyos casos fueron clasificados como graves, revela el estudio.
Al respecto el jefe de comunicaciones en Somalia para el Programa Mundial de Alimentos (PMA), Petroc Wilton, alertó, «Estas tasas muy altas de desnutrición de los exámenes masivos son alarmantes e indicativas de una situación que se deteriora rápidamente».
Las últimas cuatro temporadas de lluvias en la región del Cuerno de África no hubo precipitaciones, lo que la convierte en la peor sequía en 40 años, crisis exacerbada por los ataques del grupo armado Al Shabaab y los altos precios mundiales de los alimentos.
Naciones Unidas advirtió a principios de septiembre que dos distritos se enfrentarían a la hambruna entre octubre y diciembre, con más de medio millón de niños somalíes en riesgo de morir por desnutrición.
De acuerdo con la Iniciativa de Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC), se considera que un área está experimentando hambruna cuando al menos el 30 por ciento de los niños sufren de desnutrición aguda, el 20 por ciento de los hogares enfrentan una falta extrema de alimentos y al menos dos de cada 10 mil personas mueren cada día por desnutrición o enfermedades relacionadas.
En la última hambruna de Somalia en 2011, se determinó que la mitad de las más de 250 mil víctimas murieron antes de que se declarara oficialmente la hambruna.
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