El anuncio fue realizado una semana después de que la primera ministra Elisabeth Borne informara el plan nacional de sobriedad energética para reducir el consumo en un 10 por ciento en dos años y evitar cortes de los servicios de electricidad y gas, sobre todo en el invierno, en un contexto de crisis atizado por el conflicto en Ucrania y las sanciones de occidente contra Rusia.
En el centro de las acciones está la calefacción, a la que se atribuye un 43 por ciento del consumo en el área del deporte, la cual será reducida en gimnasios, salas y estadios.
Las medidas abarcan tanto las disciplinas profesionales como las aficionadas, restricciones entre las que destaca la disminución en las instalaciones de la iluminación antes y después de las competencias.
Respecto al transporte, Oudéa-Castéra anunció la creación de un grupo de trabajo encargado de proponer soluciones concretas antes de abril del 2023 para el desplazamiento de los equipos con sentido de ahorro y de menor emisión de gases contaminantes.
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