Díaz apuntó que la persecución económica, financiera y comercial de Estados Unidos a la isla afectó rubros del sistema agrícola nacional como el tabaco, las frutas frescas e industrializadas, el carbón vegetal, la miel de abejas y el café.
El especialista del Ministerio de la Agricultura antillano (Minag) acentuó que esta política genocida e imperialista del gobierno estadounidense impide posicionar productos cubanos en el mercado de ese país, cuantitativamente ventajoso dada su cercanía geográfica y dimensión.
Díaz señaló que las incidencias del bloqueo en el periodo evaluado están reflejadas en escenarios como la pérdida de ingresos por concepto de exportaciones de bienes y servicios y ante la reubicación geográfica del comercio.
El funcionario del Minag recalcó que esta política coercitiva del gobierno estadounidense también significó afectaciones en la producción y los servicios y sanciones monetarias y financieras para el sector.
De igual modo, resaltó que los productores cubanos tampoco pudieron acceder a tecnología de punta, en un esfera de la economía muy tecnificada y especializada.
El directivo recordó que, durante el mandado del expresidente Donald Trump, Estados Unidos aplicó 243 medidas que reforzaron el carácter genocida del bloqueo, iniciativas que aún se mantienen vigentes en el actual gobierno de Joe Biden.
Díaz remarcó que la extraterritorialidad del bloqueo, en particular la Ley Helms-Burton, persiste en perseguir a compañías y empresarios de terceros países que ven en Cuba posibilidades de negocios.
Nuestros actores están imposibilitados de importar productos que contengan más de un 10 por ciento de componentes estadounidenses, en una economía globalizada ello constituye un obstáculo real para adquirir insumos independientemente del mercado de origen, subrayó el especialista.
Asimismo, el funcionario del Minag refirió que el bloqueo de Estados Unidos no solo afecta al pueblo de Cuba sino también a los ciudadanos de ese país, quienes se ven privados del acceso a productos de la isla.
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