De acuerdo con el coordinador del sindicato en la compañía, Eric Sellini, la protesta fue extendida hasta la noche de este viernes en las instalaciones de La Mède, Feyzin, Flandres y Donges, y hasta el martes en la de Normandía, la más importante de Francia.
La CGT mantuvo la huelga en demanda de un incremento del 10 por ciento de los sueldos, y se distanció de un acuerdo alcanzado más temprano por TotalEnergies con los gremios Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) y Confederación Francesa de Gestión-Confederación General de Ejecutivos (CFE-CGC).
Según diversas fuentes, esos sindicatos aglutinan a la mayoría de los trabajadores de la petrolera, que les propuso un aumento del siete por ciento y prestaciones.
Líderes de la izquierda abogan por que TotalEnergies cumpla con el reclamo de los empleados que siguen en paro, recordando los más de 10 mil millones de euros de beneficios reportados por la transnacional en el primer semestre y la elevada inflación imperante en suelo galo, la cual cerró septiembre con una variación interanual del 5,6 por ciento.
En su actualización diaria sobre el impacto de la crisis que ronda las tres semanas, la ministra para la Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher, informó que un 28,5 por ciento de las estaciones proveedoras de gasolina y diésel tuvieron hoy problemas de suministro, contra un 29,2 ayer.
Las otras dos refinerías paralizadas por la huelga, pertenecientes a la filial francesa de la petrolera estadounidense ExxonMobil, serán arrancadas progresivamente, pero el retorno a la normalidad en las mismas tardará de dos a tres semanas, manifestó la empresa en un comunicado.
El Gobierno puso fin al paro en esas instalaciones acudiendo a la requisición, un procedimiento que obliga a los empleados a incorporarse a sus puestos para evitar penas de cárcel y multas, una medida que atizó el malestar de la CGT, que reclamó la decisión e instó a una movilización interprofesional el 18 de octubre.
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