El dato confirma las previsiones de la fuente oficial, con un aumento de los precios en sectores como la energía (17,9 por ciento), la alimentación (9,9), los productos manufacturados (3,6) y los servicios (3,2).
La desaceleración en el contexto de la elevada inflación se produjo por la baja del costo de la energía, que había subido en agosto un 22,7 por ciento, y de los servicios, que pasó de 3,9 a 3,2.
El deterioro del poder adquisitivo representa la preocupación central de los franceses y genera huelgas y protestas en reclamo de aumento salarial, como la que paraliza varias refinerías del país desde hace casi tres semanas, causando penuria de combustibles en tres de cada 10 estaciones proveedoras, muchas de ellas cerradas.
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