Según el Ministerio para la Transición Energética, la situación sigue tensa en las regiones Borgoña-Franco Condado, con tres de cada 10 suministradoras afectadas, y Auvernia-Ródano-Alpes e Isla de Francia, ambas con una de cada cuatro.
El lunes, un 28 por ciento de las estaciones presentaba algún tipo de penuria por el paro que estalló hace más de tres semanas, liderado por la Confederación General del Trabajo (CGT) para exigir el incremento de sueldo ante la galopante inflación y las enormes ganancias de las transnacionales del sector.
La huelga terminó primero en las refinerías y depósitos de la filial francesa de la petrolera estadounidense ExxonMobil y en las últimas horas en la mayoría de las instalaciones de TotalEnergies.
En la tarde de este jueves, solo trabajadores de Feyzin, en Ródano, y Gonfreville, en Normandía, mantenían la protesta.
Las requisas ordenadas por el Gobierno en la semana en curso y la decisión de huelguistas de ponerle fin a la medida de presión debilitaron el movimiento, que recibe posturas encontradas en la opinión pública, sobre todo por las largas filas de vehículos en las estaciones, el cierre de muchas de ellas y una falta de carburantes que limita sectores de la economía.
El procedimiento de la requisición, consistente en obligar a trabajadores a regresar a sus puestos so pena de sanciones penales, fue activado por el ejecutivo con el argumento de que tanto ExxonMobil como TotalEnergies llegaron a acuerdos con empleados no acogidos al paro, pertenecientes a sindicatos mayoritarios.
La CGT rechazó ambos acuerdos, al denunciar que quedaron por debajo de su demanda de un 10 por ciento de aumento salarial para enfrentar la inflación, la cual cerró septiembre en un 5,6 por ciento de variación interanual.
El sindicato habría propuesto hoy a TotalEnergies un protocolo de salida de la crisis, sin que de momento se conozcan los resultados.
jcm/wmr