El problema llega a límites como la existencia en algunas regiones de locales comerciales que operan como estaciones normales de servicio, con sus propias máquinas surtidoras para servir el carburante, denunció el representante de las gasolineras privadas Miguel Corrales.
La situación supera todos los límites, tenemos información de todo tipo de informalidad, añadió el presidente de la Asociación de Propietarios de Estaciones de Servicios y Afines, en declaraciones a la radioemisora ABC Cardinal.
El desorden en la distribución informal del carburante, que incluye a vendedores en botellas o bidones a los lados de las rutas, causa un gran descenso de los ingresos en las estaciones de servicio, agregó.
Corrales llamó al Gobierno a lograr una mejor regulación y reglamentación sobre las unidades de venta, cuyo número se disparó y convirtió al país en el de menor número de habitantes por estaciones de servicio en la región.
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