En otra señal enaltecedora de ese género que está en la raíz del pentagrama cubano, el fonograma del Septeto Moneda Nacional reverencia a Daniel Castillo, uno de sus más relevantes exponentes en el país y especialmente en esta ciudad, declarada creativa en la música por la Unesco.
La salida de la placa fue postergada debido a la Covid-19 y estuvo bajo la inspiración de Gustavo Revé, director de esa agrupación y nieto del insigne juglar, quien combinó sus dotes creativas con los oficios de plomero y carpintero, una dualidad que compartían numerosos trovadores.
En las notas a la producción discográfica, Lino Betancourt, considerado al morir en el 2018 uno de los mayores conocedores de esa vertiente sonora, lo consideró uno de sus más grandes cultivadores, merecedor del reconocimiento y el homenaje por aportes también en boleros, sones y guarachas.
En la Casa de la Trova, devenida a sus casi 55 años santuario del género y la más antigua en Cuba, tuvo lugar la presentación que exaltó la participación en la obra de importantes músicos cubanos, sumados a este empeño por la vigencia de un auténtico creador popular.
En el equipo de Siboney sobresalen en la producción Jorge Luis Pujals y en la grabación, mezcla y masterización, Máximo Espinosa, uno de los más relevantes especialistas en estas lides creativas, con significativas contribuciones en varios discos ganadores de los premios Grammy.
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