Chicu calificó de grupo analfabeto y corrupto al PSD y lo responsabilizó de la situación del país, que además de los problemas para abastecer de gas natural a la nación, también enfrenta una grave escasez de electricidad, dijo.
De acuerdo con el ex alto funcionario como consecuencia de la desesperación, el Gobierno compra volúmenes escasos de electricidad a precios 3-5 veces más altos que antes.
Según él, como en el caso del gas, que ha subido de precio casi 10 veces, los consumidores no podrán pagar la electricidad a esos precios.
Maia Sandu tomará el dinero necesario para el pago del presupuesto estatal, y dado que no hay más capital en el presupuesto, pedirá prestados miles de millones de leis (la moneda nacional) a tasas de interés exorbitantes de los bancos comerciales, aseguró Chicu.
El exmandatario sostuvo que en solo 21 meses del Ejecutivo de Sandu, la deuda pública aumentó en 18 mil millones de leis (alrededor de 950 millones de dólares).
Ni sus hijos ni sus familiares pagarán estas deudas, la cual será una carga insoportable para nuestros hijos, para generaciones y generaciones de moldavos en el futuro, afirmó el exjefe de Gobierno.
Las autoridades moldavas endurecieron las víspera las medidas para ahorrar electricidad.
Desde el pasado lunes Moldova sufre escasez de electricidad tras la restricción de su suministro desde Ucrania y el Moldavskaya GRES (Transnistria).
El Ejecutivo tiene previsto compensar parcialmente el déficit resultante mediante suministros de Rumanía a un precio tres veces superior al adquirido en Pridnestrovie.
La compañía Tiraspol informó que en lugar del 70 por ciento de las necesidades de Moldova desde el 24 de octubre, solo el 27 por ciento podrá satisfacerse debido a una disminución en el suministro de gas de la Federación de Rusia.
Tras el inicio de la operación militar especial rusa para «desmilitarizar y desnazificar» a Ucrania a pedido de las autoproclamadas repúblicas de Lugansk y Donetsk, varias naciones europeas intensificaron su presión de las restricciones económicas sobre Moscú.
Pero todo esto afectó, en primer lugar, a los propios países de la región, pues ya se enfrentaban a una inflación máxima, y ahora, a una crisis energética, incluidos precios más altos de electricidad y gas natural.
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