De hecho, el almuerzo de trabajo previsto en esta capital sustituirá al ya tradicional Consejo de Ministros entre ambos países, señalado inicialmente para este miércoles en Fontainebleau, foro aplazado por las partes con argumentos enfocados en disimular los desacuerdos.
París lidera una cruzada para poner un tope al precio del gas, idea que no agrada a Berlín por el temor a que aleje a los proveedores, y el vecino aprobó a finales de septiembre un plan por 200 mil millones de euros para proteger a sus hogares y la industria de la crisis energética, iniciativa que tomó por sorpresa a los galos.
También en este ámbito, Francia se opuso al llamado MidCat, un gasoducto a través de su territorio destinado a conectar a la península ibérica con Alemania, y sí dio su visto bueno al BarMar para enlazar a Barcelona y Marsella.
Otro diferendo tiene que ver con la decisión de Alemania de crear un escudo antimisiles dependiente de armas estadounidenses e israelíes, el cual suma una docena de seguidores en la Unión Europea (UE), ignorando el trabajo en ese campo de Francia e Italia.
En un escenario marcado por el conflicto en Ucrania y el discurso occidental de la alegada amenaza rusa, los germanos tampoco parecen muy interesados en el proyecto del “supercaza” del futuro, que sustituiría a las aeronaves Rafale y Eurofighter Typhoon como parte del Sistema de Combate Aéreo del Futuro.
Berlín decidió este año comprar una flota de 35 aparatos de quinta generación estadounidenses F-35, venta aprobada en julio por Washington.
No hay que ir muy lejos para entender que el expediente sobre la distanciación es grueso, y de paso para explicar por qué fue pospuesto el Consejo de Ministros que las principales potencias de la UE celebran desde el 2003, nada que ver con cuestiones de agenda o de preparación de los participantes, como alegaron.
No es bueno que Alemania se aísle, opinó Macron antes de conversar con Scholz en Bruselas el viernes.
La reunión informal que antecedió a la de hoy sirvió al parecer para atenuar un poco el panorama, al decir del canciller alemán, quien afirmó entonces que la cooperación bilateral y entre ambos líderes es “intensa y fructífera”.
A propósito del almuerzo de trabajo de este miércoles en París, la Presidencia francesa adelantó discusiones de los dirigentes sobre economía, energía y defensa, en aras de reforzar la colaboración.
Para el ex primer ministro galo Dominique de Villepin, resulta desaconsejable las tensiones entre su país y Alemania, una pareja que a su juicio “diverge y por tanto está paralizada».
No podemos permitirnos en este momento de la historia no tener a una Europa unida y fuerte, opinó el también otrora titular de Asuntos Exteriores.
De Villepin instó al gobierno francés a ser coherente y serio, para evitar una Europa dividida que busca el paraguas estadounidense, cuando debería jugar un papel mayor en el equilibrio del mundo.
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