Leonid Savin*, colaborador de Prensa Latina
La OTAN es una organización suficientemente compleja que cuenta con una estructura ramificada y nichos de poder bien distribuidos. Y si el centro de análisis principal de toda la organización es el Consejo Atlántico, las cuestiones específicas son reasignadas entre los centros especializados, una estructura que año tras año se hace cada vez más grande. En total, la OTAN cuenta actualmente con 26 centros de excelencia acreditados (Centres of Excellence) que se dedican a estas tareas.
Entre ellos hay algunos muy especializados, como por ejemplo, en el tema de la medicina militar o en el de la guerra en teatros de Operaciones Militares (TOM) ubicados en zonas de grandes altitudes.
Pero también hay algunos otros que están relacionados con los asuntos civiles y militares y son un lugar para preparar y llevar a cabo operaciones de propaganda, desinformación y manipulación de la conciencia de las masas.
El centro de comunicaciones estratégicas, domiciliado en la ciudad de Riga, es un modelo del tipo de mecanismo más eficiente para organizar los “métodos de influencia”, ya que el concepto mismo de «comunicaciones estratégicas» se puede asumir como formas de producir un impacto informativo específico en las audiencias extranjeras.
Un rasgo que caracteriza a las comunicaciones estratégicas es su carácter dialógico, es decir, que la comunicación comunicacional se produce a través del intercambio bilateral. El concepto y la metodología de las comunicaciones estratégicas son constructos teóricos y metodológicos que se desarrollaron en Estados Unidos, dentro del Departamento de Defensa.
Los cofundadores del centro son Estonia, Alemania, Italia, Letonia, Lituania, Polonia y el Reino Unido. Como se indica en el sitio web del mismo, sus funciones incluyen la diplomacia pública, el trabajo con los medios de comunicación para informar sobre las actividades de la OTAN, las comunicaciones civiles y militares, la información y las operaciones psicológicas.
Sobre la base del centro de Riga se celebran conferencias periódicas, se publican revistas, informes de investigación. El espectro de problemas cubiertos por el mismo se materializa en la elaboración de tácticas de guerra comunicacional utilizando memes; narrativas de organizaciones extremistas; sobre seguridad en la Unión Europea; la guerra cibernética; el nacionalismo; las tecnologías biométricas, entre otras.
Solo en la primera mitad de 2022, este centro publicó más de 20 trabajos sobre el tema de los robots informáticos, la manipulación de las redes sociales, la influencia de China, la inteligencia artificial, la tecnología 5G, el problema de los refugiados, así como Nord Stream-2 y otros.
Este año, el centro de excelencia de la OTAN para cuestiones de seguridad energética, que se encuentra domiciliado en la ciudad de Vilnius, está cumpliendo su primera década.
La misión de este centro es ayudar al Comando Estratégico de la OTAN y a otras unidades estructurales de la alianza, a los Estados miembros y a los asociados. La tarea principal del centro de Vilnius es elaborar evaluaciones y recomendaciones de expertos sobre toda la gama de temas de seguridad energética, incluida la interacción entre los círculos académicos y el sector industrial, la logística militar, etc. el Centro organiza cursos, tiene espacio para la práctica estudiantil (los gastos de alojamiento y capacitación de los estudiantes son cubiertos con las finanzas de la OTAN).
En las revistas temáticas publicadas por el centro de Vilnius, muy a menudo aparecen materiales que hablan de la necesidad de prescindir de la «dependencia energética de Rusia». La amenaza a la seguridad energética de Ucrania, supuestamente proveniente de Rusia, es uno de los temas constantes de los últimos números. El motivo de la «guerra energética» con Rusia, aunque no está indicado en las tareas oficiales del centro, está presente en sus materiales y en sus eventos. Los seminarios regulares organizados por el centro están dedicados a la guerra híbrida (y, por lo tanto, automáticamente, contra Rusia y China).
Un elemento importante de las operaciones ofensivas no cinéticas son las que se desarrollan en el Centro de defensa cibernética en Tallin.
A pesar de su nombre, sobre la base de este centro se entrenan los hackers y desde ahí se practican ataques cibernéticos contra la infraestructura socioeconómica y militar rusa. Además, el Centro es conocido por la preparación de una serie de documentos que promueven una interpretación exclusivamente occidental del ciberespacio y justifican la interferencia en los asuntos internos de otros Estados bajo el eufemismo de «mecanismos legales». El «Manual de Tallin», desarrollado por analistas, científicos y políticos occidentales, es ampliamente conocido, y a menudo se interpreta como un documento fundamental en el campo de los conflictos cibernéticos. Aunque en realidad, no es un texto vinculante y sólo tiene carácter de recomendación.
En 2022, el Centro de Tallin publicó un manual titulado “El Derecho a la Privacidad y la Protección de Datos durante los Conflictos Armados”, una colección que comienza con palabras sobre la “agresión rusa” en Ucrania, y la palabra “Rusia” se menciona 46 veces. Es por tanto asaz evidente, que los materiales que se publican en el centro de Tallin están deliberadamente sesgados. Por ejemplo, la palabra “Comando Cibernético” aparece solo una vez, aunque el general Paul Nakasone ha declarado abiertamente, y en repetidas ocasiones, que el comando Cibernético de los Estados Unidos realizó una gama completa de operaciones cibernéticas contra Rusia (la última es relativamente reciente, se produjo durante la operación militar especial en Ucrania).
Es poco probable que los piratas informáticos estadounidenses hayan tomado en cuenta las normas éticas sobre privacidad y protección de la información personal que se preconizan en el Documento de Tallin cuando “piratearon” la infraestructura cibernética rusa.
Un proyecto bastante nuevo, interesante y digno de mención es el centro de estabilidad ubicado en Italia. Es el enlace de la alianza del Atlántico Norte con organizaciones e instituciones internacionales no pertenecientes a la OTAN en el ámbito de la estabilidad.
Oficialmente, el personal del Centro lleva a cabo actividades destinadas a fortalecer o reemplazar temporalmente a la policía local para contribuir al restablecimiento y/ o mantenimiento del orden y la seguridad públicos, el Estado de derecho y la protección de los derechos humanos. De hecho, es un instrumento de intervención humanitaria y guerra política especial.
Una cobertura similar es la que ofrece el Centro de Gestión de Crisis y Respuesta a Desastres. Este Centro se encuentra en Sofía (Bulgaria) y ofrece diversos cursos de formación, seminarios y conferencias. Es significativo que bajo los auspicios de la OTAN, este Centro, en sociedad con la asociación civil, haya desarrollado juegos de computadora, que es otro elemento de impacto psicológico, influencia y participación de los jóvenes.
El centro de modelado y simulación de Roma apoya el desarrollo y la gestión de repositorios comunes de modelos, simulaciones, datos, métodos, herramientas y mejores prácticas. Es responsable del desarrollo e integración de las herramientas y actividades actuales y futuras de la OTAN y las herramientas nacionales de modelado y simulación. Colabora con organismos, instituciones, la industria, el mundo académico y las organizaciones nacionales en esta esfera. De hecho, es un centro técnico para algunas soluciones en el campo de las operaciones de información y manipulación psicológica y las campañas militares.
Pero además de estos centros acreditados, hay otros que no se enumeran en el sitio web principal de la OTAN. Estos incluyen el Centro Especializado de Innovación para la Defensa (IDEaS), también conocido como el centro de innovación, ubicado en Canadá.
Este se ocupa de siete áreas principales. Son educación y capacitación, mecanismos de toma de decisiones, ciberespacio, iniciativas humanitarias, información y desinformación, sistemas autónomos y estrategia. Sin embargo, el tema más recurrente y sistemático en varias de estas direcciones es la que tiene que ver con la guerra cognitiva. A finales de 2020, el centro publicó un estudio sobre este tema, cuyo autor es François de Clusel.
Este autor señala que: “…la guerra cognitiva tiene un alcance universal, desde el individuo hasta los Estados y las organizaciones multinacionales. Utiliza técnicas de desinformación y propaganda dirigidas al agotamiento psicológico de los receptores de información.
Todos contribuyen a esto, en diversos grados, consciente o subconscientemente, y esto proporciona un conocimiento invaluable de la sociedad, especialmente de las sociedades abiertas como las de Occidente. Este conocimiento se puede usar fácilmente como un arma…”.
Las herramientas de la guerra de la información, junto con la adición de “neuro-armas”, amplían las perspectivas tecnológicas futuras, lo que sugiere que el campo cognitivo será uno de los campos de batalla del mañana. Esta perspectiva se refuerza aún más con el rápido desarrollo de la nanotecnología, la biotecnología, las tecnologías de la información, las ciencias cognitivas y la comprensión del cerebro.
Guerra Cognitiva: Es una guerra de ideologías que busca socavar la confianza que subyace en cada sociedad, donde la desinformación explota la vulnerabilidad cognitiva de sus objetivos, explotando temores o creencias preexistentes que los predisponen a aceptar información falsa. La Guerra Cognitiva explota las vulnerabilidades innatas de la mente humana debido a la forma en que está diseñada para procesar la información, que, por supuesto, siempre se han utilizado en la guerra. Sin embargo, debido a la velocidad y la prevalencia de las tecnologías y la información, la mente humana ya no puede procesar coherentemente el flujo de información.
Lo que diferencia a la guerra cognitiva de la propaganda es que todos participan, en su mayoría involuntariamente, en el procesamiento de la información y la generación de conocimiento de una manera sin precedentes. Es un cambio sutil pero significativo. Mientras que antes los individuos se sometían pasivamente a la propaganda, ahora contribuyen activamente a ella.
Se supone que la guerra cognitiva se llevará a cabo a nivel estratégico. Esto se evidencia en un informe preparado por el personal del Centro en 2020 y dedicado a la estrategia futura de la OTAN. Señaló que la información y la guerra cognitiva en el futuro serán herramientas decisivas para el poder de las naciones.
También se dijo que todas las ciencias serían militarizadas, especialmente la nanotecnología, la biotecnología, la tecnología de la información y las ciencias cognitivas (Ciencias del cerebro).
En una publicación del centro se indicó que: “…dado que la mente humana es un área de combate, la OTAN debe desarrollar oportunidades para distorsionar el flujo de información que llega a los enemigos. Además, la OTAN debe estar preparada para utilizar la información y las áreas cognitivas con fines defensivos y ofensivos. Esto comenzará con un estudio exhaustivo y moderno sobre la naturaleza, la probabilidad y el desarrollo de esta amenaza, así como una evaluación de las consecuencias de los ataques ya perpetrados.
La recopilación de pruebas, la estructuración del estudio no plantea ningún problema en particular y puede compartirse entre varios socios internacionales militares y no militares, pero se debe prestar especial atención a la calidad de los resultados para que sean adecuados para los próximos dos pasos de la respuesta de la OTAN…”.
Se afirmó que, la información es la clave. Las rutas utilizadas por la información deben considerarse y protegerse como rutas de suministro. En términos más generales, la guerra de la información, que en sí misma no es radicalmente nueva, se beneficia de la expansión de redes interconectadas las cuales representan una amplia gama de acciones que van desde la formación de motivaciones humanas, dinámicas de grupo y movimientos sociales, socavando la voluntad del enemigo de luchar sin luchar al distorsionar la información y el conocimiento hasta acciones más puramente militares.
La ventaja competitiva se logrará mediante un uso más eficiente de las herramientas que tenemos:
* Extracción rápida de información de los datos;
* Proporcionar información, orientación y autoridad de manera más eficiente y segura a los nodos que son capaces de actuar.
También se dice que para mejorar la interoperabilidad y su sostenibilidad, la OTAN debería considerar la creación de una capacidad de inteligencia interinstitucional o una Agencia de código abierto que utilice inteligencia de código abierto para su gestión. Por lo general, los usuarios de datos utilizan solo entre el uno y el dos por ciento de la información pertinente, y una agencia de este tipo mejoraría radicalmente la capacidad de la OTAN para recopilar, procesar y analizar datos.
Esta organización podría, además, ayudar a librar una guerra en el ciberespacio utilizando la Big data y una asociación efectiva para la realización eficiente de ataques contra áreas donde el anonimato dificulta la identificación del atacante. La agencia interdepartamental podría establecer sinergias entre los países de la alianza para aprovechar las fuentes de inteligencia abiertas y mejorar compatibilidad y sostenibilidad colectiva.
Sobre la base de estas propuestas y cálculos teóricos, podemos suponer que la OTAN ya está trabajando activamente en la creación de tales “armas” comunicacionales de alto impacto y por consiguiente, en la organización de las unidades directamente responsabilizadas del desarrollo de esta actividad. Es muy probable que las operaciones de guerra cognitiva también se prueben contra Rusia y nuestros ciudadanos, especialmente en relación con los eventos en Ucrania y la política general del Occidente colectivo para destruir a Rusia como un sujeto geopolítico independiente.
rm/ls
*Investigador y científico asociado de la Universidad de Rusia.
(Tomado de Firmas Selectas)