Como parte de la edición 27 del Festival Internacional de Ballet de La Habana, la función de la sala Avellanada del Teatro Nacional, estuvo dedicada a los 74 años del Ballet Nacional de Cuba y los protagónicos estuvieron a cargo de Kochetkova, en el papel de Giselle, y de Luz, en de Albrecht.
El elenco dejó constancia de la virtud artística y prestigio que distingue a este Festival, nombrado en honor a la prima ballerina assoluta de Cuba, Alicia Alonso, que por primera vez se realiza sin su presencia física.
Los bailarines, caracterizados por una coherencia en la ejecución de la pieza, sedujeron al público de esta ciudad que no paró en sus aplausos con cada pirouette, fouetté, grand jeté, o cuanto movimiento exhibieron sobre las tablas, como dignos discípulos de esta disciplina.
El programa del festival incluye cinco representaciones de ese clásico del ballet mundial, que culminarán el 2 de noviembre, día en que se conmemora el aniversario 79 del debut de Alicia Alonso con dicha pieza en el American Ballet Theatre.
El mayor evento del arte danzario en la isla caribeña y uno de los más importantes de Iberoamérica se extenderá hasta el 13 de noviembre con la asistencia de bailarines cubanos y de todo el mundo.
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