Desde el Anfiteatro Enrique José Varona de la Universidad de La Habana, Johana Tablada, subdirectora general para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), aludió a la condena internacional a esa política en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a partir de 1992.
A su juicio, el bloqueo resulta una estrategia de presión encaminada al agotamiento y desesperación de los ciudadanos, la desestabilización de la isla y, por tanto, la culpabilización del Estado de la situación imperante, de ahí, la adopción de 243 nuevas disposiciones bajo el gobierno de Donald Trump.
Tablada aseguró que la diplomacia revolucionaria necesita de la Federación Estudiantil Universitaria para el entendimiento y difusión de la esencia de ese “abuso y atropello” y, más allá de los problemas existentes en el escenario nacional, consolidar la lucha en la defensa de la soberanía e independencia.
JUan Mu♦
Por su parte, José Ramón Cabañas, director del Centro de Investigaciones de Política Internacional, señaló el carácter genocida del cerco unilateral y cómo Washington tiene entre sus propósitos la reclusión de Cuba de la comunidad mundial, si bien respecto a este tema es el país más aislado.
Miguel Fraga, especialista del país norteño en el Minrex, incidió en las campañas financiadas por la Casa Blanca contra la isla, dentro de las cuales aparece como un Estado terrorista, pese a su combate contra el apartheid en África y el envío de brigadas de profesionales de la salud a diversas regiones del orbe.
Tras el debate, los estudiantes comparecieron en la Plaza Ignacio Agramonte para la visualización del discurso del canciller Bruno Rodríguez en la ONU y el rechazo nuevamente al bloqueo, con 185 votos a favor; dos abstenciones, Ucrania y Brasil, y dos en contra, Estados Unidos e Israel.
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