El impacto de esa política se refleja en las dificultades de la industria nacional para adquirir insumos necesarios en la producción de fármacos y otros servicios esenciales, a pesar de que el país es capaz de fabricar más del 60 por ciento de su cuadro básico de medicamentos, lo cual no se logra por el cerco estadounidense.
Tal como asegura el informe titulado Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba, aprobado este jueves en la ONU por 185 naciones, ello se debe a la incapacidad de pago del país y la imposibilidad de acceder a tecnologías médicas.
Tales restricciones obligan a recurrir a rutas de transportación alternativas con un elevado costo adicional y una creciente negativa de instituciones financieras y bancarias en diversos países a tramitar operaciones con Cuba, lo que impide realizar las transacciones con los proveedores de estos insumos.
El documento ilustra lo anterior con la imposibilidad de materializar una compra de insulina a la compañía danesa Novo Nordisk, ante la negativa del Danske Bank de aceptar las transferencias bancarias procedentes del Banco Financiero Internacional, en tanto es una entidad cubana sancionada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos.
También en pleno enfrentamiento a la Covid-19, el bloqueo obstaculizó el arribo de jeringuillas al país para la vacunación, al interrumpirse las negociaciones con un proveedor extranjero, puesto que el banco británico HSBC informó al suministrador que no podía realizar operaciones de pago destinadas a la Isla.
Durante el mayor pico pandémico en 2021 no fue aplicada ni una sola medida de alivio a las sanciones, lo que impidió el arribo de donaciones, la adquisición de cilindros de gas, piezas de repuesto y otros componentes necesarios para el suministro de oxígeno medicinal.
Además, fue imposible la compra y transportación de materiales indispensables para la prevención, diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad, así como para la investigación, producción y evaluación de los candidatos vacunales cubanos contra la Covid-19.
Como consecuencia del bloqueo, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología productor del inmunógeno Abdala, reportó afectaciones por un valor de 190 millones 671 mil dólares.
Mientras, el Instituto Finlay de Vacunas creador de Soberana 02 y Soberana Plus se le dificultó la adquisición de insumos, reactivos y equipos de origen estadounidense.
Estudios clínicos de enfermedades autoinmunes, como la psoriasis, la esclerosis múltiple y las neurodegenerativas, no han podido iniciarse porque los medicamentos necesarios no están disponibles para pacientes cubanos.
oda/crc