Con una prolonga ovación, el auditorio mostró la empatía por el relato del largometraje, en el que los niños son los protagonistas y el juego del PlayStation sirve de recurso para exponer las diferencias sociales y la trascendencia de la solidaridad humana.
“El mensaje de la película me conmovió; fue un sentimiento de tristeza y alegría mezclados, y al final, la emoción de ver la bondad y la nobleza de los niños cubanos”, dijo a Prensa Latina Wanda Bernando, artista aficionada del universo teatral.
Para Dionisio Caminha, trabajador del puerto de Luanda, “sería una buena cosa mantener este tipo de intercambios; o, mejor dicho, rescatarlos, porque hace años pude ver aquí muchas películas cubanas junto a los instructores militares” de la isla.
Amante de los documentales y periodista del Jornal de Angola, Francisco Pedro consideró la iniciativa como un éxito: “No es fácil lograr que en una sala a oscuras todos los adolescentes estén atentos a la proyección audiovisual durante más de dos horas”, respondió.
“Disfrutamos la exhibición, nos sentimos identificados con la historia de Habanastation, porque es un mensaje de hermandad y optimismo; creo que los aplausos prolongados lo dijeron todo”, dijo el colega a Prensa Latina.
La apertura de la velada puso en contacto a los más pequeños con Elpidio Valdés, un personaje de dibujos animados que sirve de hilo conductor para serie de largometrajes, cortometrajes y tiras del mismo nombre, creados por el dibujante y cineasta Juan Padrón, considerado el padre de la animación cinematográfica cubana.
El consejero Raúl González, al frente aquí de la oficina de Cultura y Prensa de la legación caribeña, explicó a los asistentes el simbolismo de la figura de Elpidio Valdés, como ícono de la lucha insurreccional contra el colonialismo español en el siglo XIX.
Asimismo, agradeció el apoyo del Atelier de Artes Lucengomono para la realización de la muestra audiovisual y el hecho de suceder en un inmueble y un barrio luandense ligados a la vida de António Agostinho Neto, el primer presidente de Angola.
Desde su visión como combatiente revolucionario, poeta, escritor y estadista, Neto, al igual que Fidel Castro, dedicó especial atención al fomento de la cultura como escudo y espada de la nación, estimó.
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