Por Mayra Pardillo Gómez
Corresponsal de Prensa Latina en Sancti Spíritus, Cuba
Se hospedó en una hospitalaria morada, recibió agasajos en una mansión donde dejó constancia de haber disfrutado de una noche muy agradable; fue en ″casa de don Antonio Padrón, uno de los habitantes más ricos, donde se hallaba reunido en tertulia todo lo principal de la Trinidad″.
Dejó expuestas sus impresiones durante la breve estancia, en 1801, en la tercera de las siete primeras villas fundadas por los españoles en la isla, incluyendo lo pendiente de las calles y cómo ″al extremo boreal se halla la iglesia de Nuestra Señora de la Popa, sitio célebre de romería″.
«Aquel punto me pareció de una altura de setecientos pies sobre el nivel del mar; y se goza allí, como en la mayor parte de las calles, de una vista magnífica al océano, a los dos puertos (puerto Casilda y boca Guaurabo), a un bosque de palmeros…».
Hoy, aledaño a las ruinas de la ermita mencionada se alza el hotel Mystique Trinidad La Popa, la segunda instalación con categoría cinco estrellas en la provincia de Sancti Spíritus.
Fue construido en lo más alto de una pintoresca barriada que bordea el Centro Histórico Urbano, declarado por la Unesco en 1988 Patrimonio Cultural de la Humanidad, y al costado de las ruinas de la Ermita de Nuestra Señora de la Candelaria de la Popa del Barco.
Humboldt escribió también acerca del puerto de Casilda y su muelle, del desarrollo creciente del cultivo de la caña de azúcar y del café, destacando que ″los cereales de Europa no se cultivan sino más al norte, hacia Villa Clara».
CRONICAS DE VIAJE
Los cocuyos le asombraron, al plantear que «en ninguna otra parte he visto tan innumerable cantidad de insectos fosforescentes, porque las hierbas que cubren el suelo, las ramas y las hojas de los árboles resplandecían con aquellas luces rojizas y móviles…».
Igual ocurrió al confesar: ″Nos admiraron de nuevo la alegría y viveza de ingenio de las mujeres de Cuba, igualmente en la provincia que en la capital″.
Aún existe la casa que hospedó al sabio alemán en la calle del Cristo de la Veracruz Nro. 7, la cual conserva una cruz en la fachada sobre base de mampostería. Así lo aseguró Francisco Marín Villafuerte en su libro Historia de Trinidad (1945).
«Observaba Humboldt cómo transcurría apaciblemente la vida trinitaria en forma pastoril, y cómo menudeaban las haciendas de crianzas», indicó el destacado historiador Marín Villafuerte (Trinidad, 1884-1948) en la obra referida.
El propio sabio alemán precisó la fecha de su arribo (14 de marzo) y de su partida de la villa: ″Dejamos la Trinidad en la noche del 15 de marzo (1801)″. Viajaba acompañado del naturalista, médico y botánico francés Aimé Bonpland.
SEGUNDO DESCUBRIDOR DE CUBA
Diversos textos indican que fue el eminente educador cubano José de la Luz y Caballero quien lo recibió en Cuba y con quien contrajo amistad, el que afirmó: «Colón dio a Europa un Nuevo Mundo; Humboldt se lo hizo conocer en lo físico, material, en lo intelectual y moral».
Por esas sobradas razones Luz y Caballero lo denominó el segundo descubridor de Cuba.
Durante su visita a la mayor de las Antillas, el sabio alemán hizo significativos aportes al estudio de la astronomía, la botánica, la química, la geografía, la flora y la fauna, el clima, los suelos, el cultivo de la caña y la fabricación de azúcar.
Adelantado para su época y contrario a la esclavitud, no deja de asombrar esta reflexión: «Declaro la unidad de la raza humana. Me resisto a la insípida pretensión de admitir razas superiores y razas inferiores».
De acuerdo con datos consultados, Humboldt viajó dos veces a Cuba, del 19 de diciembre de 1800, con 31 años, hasta el 15 de marzo de 1801 y en abril de 1804 arribó de nuevo para permanecer apenas por un mes.
A pesar de sus breves estancias en la nación caribeña, Humboldt le dedicó dos libros, Cuadro estadístico de la Isla de Cuba, publicado en París, en 1831, y su famoso Ensayo Político sobre la Isla de Cuba, traducido al español y conocido aquí en 1827.
En Cuba, crucero del mundo, Editorial Pablo de la Torriente, La Habana, 1989, Salvador Bueno (1917-2006), destacada personalidad de la cultura cubana, periodista y escritor dijo:
″Hemos de hacer notar que la estancia de Humboldt no estuvo reducida a La Habana y sus alrededores. En los meses de febrero y marzo de 1801 fijó las posiciones geográficas de San Antonio de los Baños, de Managua, de Trinidad, de Casilda, y de otros puntos de la Isla″.
(…) Esta primera estancia de Humboldt y Bonpland duró tres meses. Volvió a Cuba de nuevo en 1804, reafirmó Bueno.
Nacido en Berlín el 14 de septiembre de 1769, hijo de una familia aristocrática, hablaba fluidamente en español, inglés y francés, y cuando murió con casi 90 años en la ciudad natal, el 6 de mayo de 1859, había cumplido su gran sueño de realizar grandes expediciones y estudiar la naturaleza.
Una bahía, un mar, un pico, una universidad, un monte, una corriente, un parque, una reserva y un jardín, ubicados en distintas partes del mundo, se honran con su nombre, mientras esculturas y bustos dispersos en el orbe lo dan a conocer.
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