El documento señaló que, lejos de ser un modelo, la administración pública francesa mantiene numerosas diferencias salariales que siempre son en perjuicio de las mujeres, y que pueden llegar a suponer hasta un 19 por ciento de diferencia.
En las tres grandes áreas de los servicios públicos las mujeres son mayoría (63 por ciento), pero se concentran en las denominadas “profesiones femeninas”: sector social y médico-social (95 por ciento) y ámbito asistencial y administrativo (90 por ciento), mientras que en el de la seguridad y la policía nacional (21 por ciento) se encuentran infrarrepresentadas.
Esto condiciona sus retribuciones, pues en muchos casos los puestos de trabajo que ocupan las mujeres carecen de complementos salariales o son menores que los consignados en aquellos donde los hombres son mayoría.
Además, ellas ocupan el escalón más bajo de los empleos en la función pública, entre el 10 por ciento de funcionarios con menor sueldo, el 71 por ciento son mujeres, y ello debido a que las mujeres presentan un mayor índice de trabajo a tiempo parcial y de contratos temporales, según detalló el informe.
Entre las causas que frenen el desarrollo de la carrera profesional de las mujeres el documento citó las interrupciones debidas a la maternidad, los permisos parentales (solo el cuatro por ciento es pedidos por hombres) o la existencia o no de una puerta de entrada para cambiar de carrera.
En este sentido, la secretaria nacional de la Unión Federal de Sindicatos del Estado, Delphine Colin, aseguró que, en lo que respecta al desarrollo de la carrera y a las posibilidades de ascenso, las diferencias son cada vez mayores, y benefician a los hombres.
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