Funcionarios de la Fiscalía y de la penitenciaria investigan la forma utilizada por los internos para realizar el escape en masa, según reportes en la prensa local.
La única certeza hasta ahora es que la fuga no tuvo auxilio exterior, aseguro a la prensa el Fiscal General comorense, Mohamed Djounaid; los responsables de la cárcel de su lado precisaron que los evadidos aprovecharon el momento en que eran transferidos del patio a sus dormitorios.
El reclusorio de esta capital fue construido en 1960 con capacidad para 80 internos y en la actualidad alberga a 340, los cuales se quejan de la promiscuidad en las celdas, la falta de agua, una penuría en todo el país, escenario de una brutal sequía, y la irregularidad de la alimentación.
Esta es la segunda ocasión en los dos últimos años en que internos en el reclusorio logran evadirse en masa; en la anterior los 40 fugados, entre ellos Inssa Mohamed, convicto de atentar contra la vida del presidente Azali Assoumani, logró llegar a Madagascar, cuyas autoridades lo devolvieron a su país.
Comoras ganó notoriedad mundial por ser escenario de 17 intentos de golpe de estado desde su independencia en 1975, entre ellos uno dirigido por el soldado de fortuna francés Bob Denard en 1995, quien llegó a tomar en rehén al entoces presidente Mohammed Said Djohar.
El mito de invencibilidad de los mercenarios sufrió un rudo golpe en Angola, en 1975, cuando un grupos de esos llamados “perros de la guerra”, entre ellos argentinos y británicos, fueron capturados por las nacientes fuerzas armadas angolanas y combatientes internacionalistas cubanos.
Las confesiones de su reclutamiento y las misiones que les fueron encomendadas aparecen en el libro Angola, fin de los mito de los mercenarios, del escritor cubano Raúl Valdés Vivó.
Los mercenarios, contratados por el jefe del autodenominado Frente Nacional de Liberación de Angola, Holden Roberto, el cual operada en el norte de ese país, fueron sometidos en 1976 a un juicio reportado por medios de la prensa mundial.
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