Alma mía, titularon la exposición homenaje a la revista de los universitarios cubanos, una de las más antiguas de la isla caribeña y del entorno latinoamericano, fundada el 18 de noviembre de 1922.
En la apertura de la exhibición participaron el presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, Ricardo Ronquillo; Karla Santana, presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU); además de redactores y fotógrafos de la publicación, representantes de la Editora Abril a la cual pertenece, y ex miembros de su equipo de trabajo.
Para el director de Alma Mater, Santiago Jerez, en la actualidad el reto principal de la revista es no perder la frescura, la profundidad de sus análisis, la complejidad de sus abordajes, seguir contando con una voz propia que se alce siempre en defensa del estudiantado al que va dirigida.
Desde su etapa fundacional, en la que el líder estudiantil y revolucionario cubano Julio Antonio Mella aparecía como administrador y escribía sus editoriales, Alma Mater ha mantenido una estrecha relación con la FEU, aunque ello no ha implicado que su ejercicio periodístico se circunscriba a la vida interna de la organización.
La voz de los universitarios, como también la llaman, en la etapa prerrevolucionaria -antes de 1959- tuvo distintos enfoques y los contenidos publicados en los primeros ocho números (1922–1923) distan mucho de los que aparecieron en sus páginas en la época siguiente (1928–1934), cuando algunos de sus directivos llegaron a tener una postura crítica hacia Mella y de alabanzas hacia la dictadura del presidente Gerardo Machado.
Según cuenta la propia publicación, su renacer en la década de los años 50’ del pasado siglo sí estuvo matizado por su carácter eminentemente revolucionario, y abiertamente en contra del gobierno del tirano Fulgencio Batista.
A partir del triunfo del Ejército Rebelde liderado por Fidel Castro, la revista se mantuvo como una de las publicaciones de la Revolución Cubana. En 1971, cuando se constituye el Consejo Nacional de la FEU, se acuerda que sea su órgano oficial.
Un texto reciente de Alma Mater recordó que si bien la publicación ha mantenido un estrecho diálogo con la organización estudiantil, no se ha limitado a cuestiones de funcionamiento. “Su espectro periodístico ha ido, y debe seguir yendo, mucho más allá”, apuntó.
jha/mml