Más de un año después de que Australia firmara una alianza con Estados Unidos y Reino Unido (Aukus), lo que puso fin al enorme contrato de 56 mil millones de euros con la empresa francesa Naval Group, Macron aseguró que la oferta para la adquisición de los sumergibles convencionales “sigue sobre la mesa”.
Macron se entrevistó con el primer ministro australiano, Anthony Albanese, durante la reunión del G20, finalizada ayer en Indonesia, para renovarle la oferta francesa y recordarle que es una alternativa que garantiza su «libertad y soberanía», pues los submarinos se construirían en la isla-continente.
El presidente reconoció hoy que “por el momento, no han decidido cambiar su estrategia sobre el tema”, y añadió que la propuesta francesa es para submarinos de propulsión convencional, a diferencia de los de propulsión nuclear acordados con Estados Unidos y Reino Unido.
A principios de septiembre último, el viceprimer ministro australiano, Richard Marles, que también es ministro de Defensa, visitó Francia y señaló que “la industria armamentística francesa puede desempeñar un papel crucial” para la modernización de las Fuerzas Armadas de su país.
La cancelación por parte de Canberra del denominado acuerdo del siglo no solo supuso un golpe económico para la industria militar francesa, sino también un serio revés para la estrategia de Macron en la zona del océano Pacífico, reforzada con su presencia en la cumbre del APEC.
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