En el Monasterio Danílov, sede de la iglesia ortodoxa rusa, ambos líderes reconocieron los amplios lazos de amistad que unen a La Habana y Moscú, en tiempos que desde Occidente se pretende asfixiar a ambos países.

Cuba es un ejemplo de que las posiciones de fuerza -ya sean políticas, o físicas- no pueden vencer siempre; Cuba es un buen ejemplo de que la verdad puede ganar a la fuerza, manifestó el líder religioso.
A su vez el dignatario antillano expresó a su especial anfitrión que a Rusia y a Cuba les están aplicando en la actualidad las mismas fórmulas de prepotencia imperial.

En ese sentido, agregó que estás medidas tienen como base el odio, el hegemonismo y la prepotencia, ante lo cual el dignatario agregó que Cuba seguirá en todos los escenarios apoyando a Rusia.
El encuentro entre el presidente cubano y el líder ortodoxo constituyó la tercera parada del último día de la visita oficial que inició el pasado 16 de noviembre en Argelia y continuará por Turkiye y China.
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