En conversación con Prensa Latina afirmó que es considerado una joya del siglo XIX por su estilo romano con el empleo de elementos locales, sin tener uno igual en la isla.
Según datos del Archivo de Historia desde la segunda mitad del siglo mencionado los residentes de la cuarta villa patrimonial solicitaban la ejecución de un puente que permitiera el paso hacia el sur del territorio dado el aumento del comercio.
Fue el intendente Procurador General, Don Vicente Valerino quien presentó la iniciativa que uniría las márgenes del caudaloso. En 1771 se realiza el primer proyecto que tuvo que esperar a 1817 para comenzar la obra por un antiguo camino carretero.
Esta monumental edificación se realizó con el aporte popular, entre los que se encuentra el del obispo Juan José Díaz de Espada y Fernández de Landa (Obispo Espada) en su segunda visita a Sancti Spíritus en el año 1819.
La obra estuvo dirigida por los maestros albañiles Don Domingo Valverde y Don Blas Cabrera, empleando como materiales ladrillo, cal y arena. La mano de obra la pusieron los presos del municipio. Fue terminado en el año 1831.
Según especialistas la estructura está en perfecto estado y conserva su encanto en el centro urbano que nació a la vida en la segunda década del siglo XVI.
Comentó Vitlloch que el puente conforma el eje histórico espirituano, acompañado por la Iglesia Mayor, el Teatro Principal, calles empedradas y palacetes de la época.
Con exponentes ilustrativos de una época de auge económico donde sobresalen balcones, puertas, verjas, llamadores y fachadas de los siglos XVIII y XIX.
La villa espirituana que el próximo año cumplirá 509 años de fundada es mucho más, afirma el conservador, con un centro histórico de gran originalidad, dominan las edificaciones de una planta de influencias moriscas, sencillas, poco ostentosas, de una belleza singular que la distinguen de otras ciudades cubanas.
mem/rga