El mandatario y su delegación acompañante llegarán aquí procedentes de Türkiye y como parte de una gira internacional que antes los llevaron a Argelia y Rusia para profundizar la cooperación multisectorial y mutuamente beneficiosa con todos esos países.
Se trata de la segunda visita que Díaz-Canel realiza a China como Jefe de Estado, pues antes estuvo aquí en noviembre de 2018.
Las autoridades locales destacaron esta semana que será el primer gobernante de América Latina y el Caribe que viaja al gigante asiático luego del XX Congreso del Partido Comunista de China, durante el cual el presidente Xi Jinping fue reelecto Secretario General de dicha agrupación para una tercera gestión.
Esta visita de Díaz-Canel tiene como contexto 62 años de unas relaciones diplomáticas entre La Habana y Beijing que están signadas por su avance constante, el carácter ininterrumpido, más la voluntad de sus máximas autoridades para dotarlas de creciente fortaleza.
Recientemente, el embajador de la isla aquí, Carlos Miguel Pereira, destacó ante Prensa Latina la capacidad de ambos países de trascender en el tiempo, mantener un fluido intercambio de cooperación y diálogo al más alto nivel, así como el papel fundamental de sus respectivas generaciones históricas en el establecimiento de las bases de los vínculos.
Subrayó la labor, consenso y contacto permanente de los dirigentes actuales para delinear una hoja de ruta que garantice un mayor acercamiento, mientras sus gobiernos comparten visiones comunes en defensa del derecho internacional, el verdadero multilateralismo y las causas justas de los países en desarrollo.
Pereira remarcó “el apoyo sistemático, firme e inalterable de China contra el bloqueo” de Estados Unidos, mediante múltiples pronunciamientos oficiales y el voto consecutivo desde 1992 en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Al mismo tiempo, recordó la postura consistente de La Habana en respaldo al derecho de China a proteger su integridad territorial, soberanía, democracia, derechos humanos y los asuntos del Tíbet, Hong Kong, Taiwán y Xinjiang.
Por otro lado, se refirió al crecimiento de los lazos en lo mercantil, económico, financiero y la cooperación, con China ratificada como segundo socio comercial de Cuba, fuente clave de financiamiento en condiciones favorables y partícipe en proyectos de gran impacto para el programa nacional de desarrollo socioeconómico.
Ese florecimiento se reflejó en la firma del plan que implementa la inserción de la isla en la iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda, la adhesión a la alianza energética del mecanismo y el estreno de un pabellón en la plataforma digital JD.com, que permitió introducir al mercado local nuevos productos cubanos con gran demanda.
A juicio del Embajador, hoy en día las perspectivas son grandes y promisorias, pues existe interés de empresas chinas en sumarse a proyectos cubanos, como el establecimiento de un mercado mayorista.
Comentó sobre la buena marcha en la biotecnología, con 18 años de cooperación ininterrumpida y frutos tangibles como la creación de firmas mixtas y el desarrollo conjunto de la vacuna PanCorona, ya con patente y diseñada contra distintas cepas del coronavirus SARS-CoV-2.
Mencionó los esfuerzos para restablecer los flujos de visitantes chinos a Cuba mediante los vuelos chárteres, la prioridad concedida a las inversiones en la zona de desarrollo económico del Mariel y el parque tecnológico de La Habana, y acercar al empresario estatal y no estatal.
Igualmente, Pereira citó las potencialidades en la enseñanza del español y los servicios médicos, donde existe oportunidad de expandir la colaboración hacia otras especialidades más allá de la oftalmología.
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