“No podemos olvidar el vínculo constante con el arte del Comandante, y para nosotros es más que especial porque sus restos descansaron en la Plaza de la Revolución de aquí el 1 de diciembre, y es esa la fecha de la fundación de nuestra institución”. Así comentó en conferencia de prensa, Regina Balaguer, directora del Ballet de Camagüey, el primero de su tipo que surgió hace 55 años con la Revolución cubana.
Cuando aquel 1 de diciembre de 1967, la maestra Vicentina de la Torre se hiciera cargo del Ballet de Camagüey, también surgía un sueño del proceso socialista en Cuba: llevar el arte a la más elevada expresión.
La propia Balaguer comentó que “mientras este arte es más que caro en cualquier lugar del mundo, por ser de élite, la escuela cubana de ballet sólo exige aptitudes para practicarlo, sin exclusión de ningún tipo”.
Una representación del movimiento cultural también estuvo hoy en la Plaza de la Revolución Ignacio Agramonte para decirle “hasta siempre” al eterno Fidel Castro, figura cimera e impulsor de las artes en la mayor de las Antillas.
Desde mañana 26 de noviembre, el Ballet de Camagüey desarrollará un extenso programa de celebración por el 55 aniversario de la compañía, que ha contado con el prestigio nacional e internacional, y que tuvo entre sus principales gestores al maestro Fernando Alonso.
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